En alimentación para suplir a los ácidos cítrico y tartárico; como agente acidulante y aromatizante; mordiente; síntesis orgánica.
Se emplea como acidulante en la elaboración de jugos, gelatinas, vinos, postres, mermeladas entre otros. Combinado con esteres de ácido galico y ascórbico sirve como antioxidante en margarinas, quesos y productos lácteos.
El ácido fumarico forma una barrera protectora contra microbios e inhibe crecimiento de hongos.
Bajo sobreexposición puede causar irritación temporal de ojos y mucosa nasal, en dicho caso lavar con abundante agua.